❖ Da una vuelta
por las calles del centro
Presta atención a la atmósfera de antaño que no verás en ninguna otra parte. El día está en completa calma, la gente toma el fresco en la puerta, se miran las bicicletas pasar.
De tarde, cuando el sol baje, asómate por las enormes ventanas de las casas que hay en el centro. Podrás ver los techos altos, los pisos de mosaicos y los finos muebles de madera que adornan las salas campechanas. Andar por el malecón es todo un agasajo.
❖ Navega por el río Palizada
y llega hasta Ciudad del Carmen
Este río tiene una extensión aproximada de 120 kilómetros, desde su desprendimiento del río Usumacinta hasta desembocar en la extensa Laguna de Términos.
Un recorrido por este afluente te permitirá conocer su riqueza natural; sus aguas dan sustento a numerosas especies de anfibios, peces y reptiles; de aves como la garza tigre y la cigüeña jabirú.
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Sin embargo, quizás su residente más famoso sea el manatí, ese pacífico mamífero acuático al que le gusta alimentarse entre los pantanales y el mangle.
Puede seguirse el curso del río Palizada rumbo a Ciudad del Carmen tal como lo hacían antes los piratas.
Todos los días a las seis de la mañana sale una lancha hacia la isla (tarda dos horas en llegar). Pero también existen dos barcos que andan ese mismo trayecto, El Paliceño y Pueblo Mágico. Su recorrido es mucho más tardado y no funcionan a diario.
❖ Pasea a caballo
sobre la ribera del río
A la sombra de palmeras y tupidos árboles de mango disfruta del correr del río mientras aves de colores vuelan bajo para tomar agua y no lejos se escucha el chapotear de las tortugas jicoteas.
Esta inusual estampa de charrería tropical sólo la vivirás en el Rancho El Charro, propiedad de la familia Guerrero, campeones del deporte nacional. Aquí disfrutarás de una experiencia campestre mexicana y aprenderás las artes y pericias del deporte nacional.